top of page

Bendición del doble de la placa conmemorativa colocada sobre el pecio del Minerve 

El lunes 15 de noviembre de 2021 en la capilla del arsenal de Toulon el doble de la placa que había sido depositada el 1 de febrero de 2021 (ver pose) sobre los restos del collarín se descubrió durante una ceremonia de bendición en la capilla del arsenal de Toulon.

Esta bendición dada por el hermano Olivier, capellán de la Marina, se realizó en presencia de varias familias de los marineros desaparecidos, Helmer, Descamps, Doré, Guérin, Potier, Fauve de 2 ex tripulantes, amigos de los desaparecidos, de COMESNA, comandante Colonna d'Istria, varios oficiales navales y representantes de las ramas Rubis y Casabianca y Pégase de la AGASM.

Ver elweb de la sección Rubis de la AGASM

A continuación se muestra el texto  de la dirección dada por Hervé Fauve

1N5A3768.JPG

Foto @jFrancis JACQUOT 

Señoras,

Caballeros,

Hace casi cuatro años hablé por primera vez frente a ustedes durante el acto de conmemoración del cincuentenario de la desaparición de Minerva. Desaparición, esta palabra todavía tenía un significado pesado ya que no sabíamos dónde permanecían los restos sin rastrear.

Je ne reviendrai pas sur ce qui s'est passé entre cette commémoration et le 21 juillet 2019 quand, après plus de 51 ans d'attente, nous apprenions enfin ou reposait cet équipage dont plus personne n'osait espérer qu'il serait retrouvé un día.

Este camino lo hemos podido realizar apoyándonos en la legendaria solidaridad de los marineros que, en activo o retirados, han demostrado con el tiempo que no han olvidado a sus compañeros de armas desaparecidos a pesar de los últimos años. Transmitieron nuestras expectativas, intercedieron por nosotros ante las más altas autoridades del país y lograron convencerlas para que retomaran las investigaciones donde habían sido abandonadas tras el hundimiento del Eurydice en marzo de 1970.

Para muchos resonaba en ellos el código del legionario "nunca abandones ni a tus muertos, ni a tus heridos, ni a tus armas".

Después de la inolvidable ceremonia de homenaje, directamente sobre el naufragio, el 15 de septiembre de 2021, pensamos que se había pasado una página, el duelo era posible, nos habíamos reunido en el lugar donde 52 marineros habían entregado sus almas a Dios.

Por mi parte, aún me quedaba un último proyecto, el de depositar una placa conmemorativa en el propio pecio a 2370 metros de profundidad. Me inspiré en el ejemplo de otro submarino desaparecido, el Dakar, que se hundió el 25 de enero de 1968 y tampoco se pudo rastrear. Durante 30 años, sin perder nunca la esperanza, Israel había buscado su submarino desaparecido. Y, tras su descubrimiento, Israel colocó una placa conmemorativa en el naufragio del Dakar, en el fondo del Mediterráneo.

Tuvimos que descender a una profundidad de 2370 m, donde ya no penetra la luz, donde ya no existe la vida, donde pocos son los que han podido aventurarse fuera de drones y robots.

Hizo falta un milagro para lograr esto sin esperar muchos años. Este milagro tuvo lugar. En nombre de la solidaridad entre marineros, un ex oficial de la marina americana, convertido en multimillonario y propietario de un sumergible capaz de llegar hasta los abismos más profundos, me iba a contactar para ofrecerme a realizar este proyecto. Gracias a la gran solidaridad económica de familiares, hermanos de armas y amigos de los desaparecidos, se grabó una placa para colocar sobre los restos.

El 1 de febrero de 2020, deben haber sido las 10 am, vi con mis propios ojos los restos del submarino, la tumba de estos hombres que nunca hemos olvidado.  Yo no Yo No ocultaría que los momentos que siguieron fueron para mí de una intensidad que nunca imaginé. Depositamos la placa cuya réplica inauguramos hoy.

Aquí también nos acompañó el azar, o me atrevo a decir la divina providencia. La placa se dejó caer unos metros por encima de los restos, cayó sobre su borde, se balanceó por un breve tiempo para caer del lado derecho, el que permitía leer:

“Marins de la Minerve, os buscamos, nunca os olvidamos, vuestras familias, vuestros hermanos de armas, vuestros amigos”

Al mismo tiempo, en este mundo de silencio, sonamos el himno nacional, la Marsellesa, por primera vez desde aquel nefasto 27 de enero de 1968, 52 años después del anuncio del abandono de la investigación el 1 de febrero. , 1968.

Esta capilla, donde conviven las placas que evocan a los marineros del Minerva y del Eurídice, será ahora el sepulcro o el doble exacto de esta placa que descansa para siempre sobre la última morada de los 52 marineros del Minerva.

oremos por ellos

bottom of page